martes, 1 de enero de 2019

Nocturnia en PDF

Hola a todos. Hace mucho que no nos vemos; años ya. Casi ni recordaba la Saga Nocturnia y los geniales momentos que me dio hace años. Pero conservo los libros, así que os lo dejo para que os los descarguéis a epub (intentaré subirlos a PDF). Y que disfrutéis leyendo Nocturnia tantísimo como yo disfruté traduciéndolos. Nos vemos.
*PD: Falta el libro 9, que no encuentro y estoy reeditando. En cuanto esté listo, estará también subido.

https://mega.nz/#F!9UVkzaDY!tThBTCjCyYiPzGCnG_9DBw



miércoles, 10 de junio de 2015

HIT PARADE. El bateador designado por Keller



EL BATEADOR DESIGNADO POR KELLER

1

Keller, con una cerveza en una mano y un perrito caliente en la otra, subió unos cuantos escalones y volvió a su sitio. Delante de él dos hombres estaban hablando de las consecuencias de un intercambio que habían hecho los Tarpons, enviando a dos buenos candidatos de una categoría inferior a los Marlins de Florida, a cambio de un pitcher zurdo y de otro jugador. Keller supuso que no se habría perdido nada, porque llevaban hablando de lo mismo desde que se marchó. Se imaginó que no habrían dejado de nombrar al jugador en cuestión, porque no habían hecho más que especular sobre él.

Keller le dio un bocado a su perrito y un sorbo a su cerveza. El que estaba sentado a su lado le dijo:

- No me has traído nada a mí.

¿Eh? Le había dicho que volvería en un minuto; ¿podría haberle dicho que iba a comprar algo, pero no había oído lo que le había respondido?

- ¿Qué no te he traído? ¿Un perrito o una cerveza?

- Ninguno de los dos- dijo el hombre.

- ¿Se suponía que tenía que traerlo?

- Nop- dijo el hombre- Oye, tranquilo. Sólo estaba bromeando un poco.

- Oh- dijo Keller.

El hombre empezó a decir algo más, pero se detuvo después de un par de palabras, en cuanto él y todo el mundo presente en el estadio centraron su atención en el terreno de juego, donde el bateador designado de los Tarpons se había tirado al barro para evitar que una bola rápida le golpease. El pitcher de los Yankees, un fornido japonés con una coña increíble, ni se inmutó ante los abucheos y Keller se preguntó si sabría que iban por él. Atrapó la pelota lanzada por el receptor, se preparó y se dispuso a lanzarla.

- A Taguchi le gusta lanzarlas hacia dentro- dijo el hombre que había bromeado con Keller- y a Vollmer le gusta rodear el plato. Así que de vez en cuando a Vollmer le toca morder el polvo.

Keller le dio otro mordisco a su perrito, preguntándose si debería ofrecerle un poco a su nuevo amigo. Que lo pensase pareció indicar que la broma había surtido efecto. Le alegró no tener que compartir el perrito, porque quería comérselo entero él solo. Y, cuando se lo hubo terminado, le apeteció ir a por otro.

Lo que era raro, porque nunca comía perritos calientes. Hacía unos años había leído un ensayo político en la parte de atrás de una revista, acerca de la legislación de las salchichas. El escritor destacó que era mejor no saber de dónde venían y Keller, que hasta entonces no se había parado ni a pensar cómo se hacían las leyes ni las salchichas, empezó a concienciarse más sobre ese tema. El aspecto legal no le cambió la vida, pero sin siquiera tomar una decisión consciente, acabó perdiendo el gusto por las salchichas.

Pero las cosas cambiaban en un campo de béisbol. Tenía la impresión de que los perritos calientes que vendían en el Estadio de los Tarpons tenían unos compuestos más dudosos que las típicas salchichas de Frankfurt de los supermercados, pero ésa no era la cuestión. Un perrito caliente en un campo de béisbol formaba parte de la experiencia de ver ese deporte, junto al hecho de escuchar a algún fan gritón aullándole instrucciones a algún jugador que estuviera a metros de distancia y que no pudiera escucharle, o abuchear a algún pitcher al que le importara un carajo, o que un total desconocido bromeara con uno. Todo formaba parte de la Gran Afición Americana.

Dio un bocado, masticó, bebió cerveza. Taguchi le hizo un tres a dos a Vollmer, que falló cuatro lanzamientos hasta que logró uno. Lanzó la bola a la marca de 396 pies del lado izquierdo del centro del campo, donde Bernie Williams la capturó. Hubo corredores en el primer y el segundo, que trotaron hacia sus respectivas bases cuando cogió la pelota.

- Uno fuera- dijo el nuevo amigo de Keller, el bromista.

Keller se comió su perrito, dio un sorbo a su cerveza. El siguiente bateador la lanzó con furia, haciendo que driblara. Taguchi se lanzó, pero sólo hasta la primera y los corredores avanzaron. El segundo y el tercero, dos fuera.

El tercer bateador de los Tarpons era el siguiente y el gentío gritó y abucheó cuando los Yankees decidieron recuperar bases por bolas a propósito.

- Siempre lo hacen- dijo Keller.

- Siempre- dijo el hombre- Es estrategia y a todo el mundo le da igual cuando es el equipo de uno el que lo hace. Pero cuando tu chico está listo y el otro equipo no puede darle, la gente lo ve como un signo de cobardía.

- A mí me parece un movimiento muy inteligente.

- A no ser que Turnbull se marque un grand slam y Dios sabe que ha conseguido ya unos cuantos.

- Yo vi uno de ellos- recordó Keller- En el Campo de Wrigley, antes de que tuvieran las luces. Estaba con los Cubs. He olvidado quiénes jugaron.

- Si estaba con los Cubs, tuvo que ser antes de que pusieran las luces. Ha estado en todas partes, ¿eh? Pero lleva una temporada muy baja y hay que tener en cuenta los promedios. Paséale y pasarás de un .320 a un .280, además de un refuerzo en cualquier base.

- Éste deporte se basa en los promedios- dijo Keller.

- En las yardas, en los promedios, en los voy a-podría-debería- dijo el hombre y Keller de pronto se sintió más agradecido que de costumbre de ser americano. Nunca había estado en un partido de fútbol, pero dudaba que allí fuese a tener conversaciones como aquella.


- Séptimo bateador de los Tarpons- anunciaron los altavoces del estadio- Número diecisiete, el bateador designado es Floyd Turnbull.

(Continúa en lolabits)

lunes, 25 de mayo de 2015

SAGA KELLER #3. Hit Parade

¡Hola a todos! Hoy empezamos una nueva saga, la Saga Keller de Lawrence Block. Dejamos a un lado la fantasía urbana y nos adentramos de cabeza en la novela negra, pero seguro que estos libros no os defraudarán. Los dos primeros fueron editados y sacados a la venta, así que empezamos directamente por el tercero. Pero aunque guarden relación entre sí, los libros son autoconclusivos, así que se puede seguir la historia igual de bien. Aun así os recomiendo que os hagáis con los dos primeros (comprándolos por Internet, pidiéndolos prestados en bibliotecas, etc) porque merecen mucho la pena. Os dejamos con la sinopsis e índice de Hit Parade. Un beso y disffrutadlo!



Sinopsis:

El autor de bestsellers del New York Times y maestro del misterio moderno vuelve con una novela feroz y tierna, protagonizada por su aclamado asesino en serie, Keller.

John Keller es el sicario favorito de todo el mundo: un nuevo tipo de héroe, de una época nueva e incierta. Mola. Es de fiar. Un verdadero profesional: el sicario de los sicarios. La esposa pesada, la estrella del deporte que envejece, el compañero de negocios, el jubilado con una pensión importante. Puede ocuparse de todos y cada uno de ellos, con discreción y eficacia.

Keller tiene un código de honor, aunque nunca lo ha llamado así. Y no deja que el trabajo se convierta en algo más personal. “Lo que pasa es que terminas viendo a los objetivos no como personas a las que hay que matar, sino como problemas que deben resolverse. Hay tíos en esto que lo convierten todo en algo personal. Encuentran un motivo para odiar al tipo que tienen que matar. Yo no sé qué está bien y qué mal, ni si una persona merece seguir viviendo, mientras que otra tiene que morir. A veces pienso en cosas así, pero mientras lo tenga todo controlado, bueno, no creo que me dé ningún problema”.

Pero aunque Keller sea un asesino pragmático y experto, también tiene sus dudas y soledades, como todo el mundo. Hubo una vez un psicólogo. Un perro. Y hasta una mujer. Y aunque tenga a Dot, su ocurrente compañera y a veces confesora y a su preciada colección de sellos, últimamente parece que no le baste con eso.

Keller lleva en este negocio mucho tiempo. Quizás haya llegado la hora de hacer las maletas y comprarse una bonita casa en el desierto. El único problema es que la jubilación requiere dinero. Y para tener dinero, tiene que trabajar…

Hit Parade, la tercera novela protagonizada por el fascinante Keller, recoge todas las marcas propias de la ficción de Lawrence Block, que tantos premios le ha hecho ganar: la inteligencia, los planes mordaces, el humor, los giros del destino y de la ironía, la oscuridad y la complejidad emocional… y, por encima de todo eso, la humanidad.


Dedicado a HAROLD K.
Que le dio a Keller muy buenas propinas…
Zai gezunt, boychik!


CONTENIDO:

El bateador designado por Keller
Keller por poco
El cambio de Keller
Keller toma la iniciativa
Keller el mataperros
El doble regate de Keller
Keller cotidiano
El legado de Keller

Keller y los conejos

sábado, 18 de abril de 2015

NOCTURNIA #12: La Novia Vestía de Cuero Negro

¡Hola a todos! Por fin tenéis disponible el último libro de la saga en lolabits. Gracias por los ánimos durante todo este tiempo y nos vemos en las próximas sagas, empezando por Hit Me de Lawrence Block. ¡Un beso a todos!





Libro 12 - The Bride Wore Black Leather (La Novia Vestía de Cuero Negro)
Argumento: John Taylor se va a casar con el amor de su vida, Suzie la Pistolera, la cazarrecompensas más temida de Nocturnia. Pero antes de poder llegar al altar, tendrá que resolver un último caso como investigador privado; un caso que le hará huir de amigos y enemigos a la par, mientras su futura esposa se esmera por conseguir la recompensa que pesa sobre su cabeza...
Disponible en lolabits


martes, 7 de abril de 2015

LA NOVIA VESTÍA... Último capítulo


¡Hola a todos! Bueno, ya hemos llegado al final de esta larguísima saga. ¡Cuantísimo tiempo ha pasado! Espero que os haya gustado mucho la historia, el universo "nocturniano" y sus personajes, aunque algunas cosas se hayan quedado en el tintero. Creo que el autor escribió algunas historias cortas de la saga, así que si las encuentro por supuesto que las traduciré, para cerrar totalmente la saga. Espero que os haya gustado muchísimo este último libro, igual o más que el resto y nos vemos en el próximo proyecto: Hit Me, de Lawrence Block. Un beso a todos y gracias!



ONCE
Las Mejores Historias Siempre Acaban en Boda


La boda acabó siendo muy divertida y tranquila. Todo salió exactamente como debía, con el Señor de las Espinas presidiendo la ceremonia en San Judas. No fue un servicio totalmente tradicional, pero el Señor de las Espinas hizo muy buen trabajo. Dejó bien claro que nadie se atreviese a separar lo que él había unido. Suzie llevaba sus pantalones de cuero negro, aunque conseguí convencerle para que se quitase los cinturones de balas. Porque sería Suzie la Pistolera, Escopeta Suzie, ahora y siempre. y no permitiría que fuese de otro modo. Estaba maravillosa; altanera y orgullosa y al fin en paz consigo misma.

Yo llevé el mejor traje hecho a medida de toda Nocturnia, en vez de mi típica gabardina blanca; porque si Suzie no iba a ir de blanco, yo tampoco.

Alex fue el padrino y Cathy la madrina. Alex llevó una versión más elegante de su típica vestimenta de negro, prescindiendo de las gafas de sol por mí. No estaba muy seguro de lo que llevó puesto Cathy, pero era muy colorido y estoy seguro de que iba muy a la moda. Suzie y yo decidimos claramente invitar al mínimo de personas. Chico Muerto llevaba su habitual abrigo púrpura y Eddie el Navaja un impermeable nuevo y una nube de desodorante. Larry Olvido con su traje perfecto y Tommy con sus mejores y más finas telas neorrománticas con volantes. Julien Advent con su atuendo victoriano y su capa de ópera rojo escarlata, representando a las Autoridades. (El resto mandó sus mejores deseos y una tetera automática muy bonita. Lo menos que podían hacer ante semejantes circunstancias). Los Caballeros de Londres mandaron a su representante, Sir Gareth. Y también aparecieron el Oso Pardo y la Cabra Marina, diciendo que representaban a Cascada de Sombras. Creo que les gustan las bodas, nada más. El Oso Pardo se lo pasó pipa durante toda la boda y la Cabra Marina bebió vodka directamente de la botella, alejada de los demás invitados y canturreando felizmente. Porque se lo había prometido.

Suzie y yo recordamos qué teníamos que decir y cuándo; Alex se acordó de los anillos y todo salió perfecto. Un buen cambio.

Al final, mientras nos estábamos despidiendo de los invitados, antes de que todos se marchasen a la recepción del Club de los Aventureros, vi una cara familiar al final de la iglesia, oculta entre las sombras. Nadie más se dio cuenta. Me disculpé y me acerqué a hablar con él. Me saludó con educación.

- Hola, John. Espero que no te importe que me haya presentado tan de improvisto, sin una invitación oficial.

- Hola, Walker- dije- Me alegra que al final hayas conseguido venir a mi boda.

Se levantó el bombín al oír eso.

- No me la habría perdido por nada del mundo, querido. Enhorabuena a los dos.

- Entonces- dije- ¿No estás muerto, después de todo? Debí de habérmelo imaginado…

- Ah- dijo Walker- Me temo que no lo sé. Verás, he venido del Pasado, viajando en el tiempo gracias a mi Fisura Temporal Portátil. Un oráculo amigo mío me informó de tu boda y quería estar seguro de no perdérmela. Aunque es bastante probable que no me acuerde de nada cuando vuelva. Es el precio que se paga por estos saltos tan repentinos y cortos.

- ¿Sabías cuándo sería el día exacto de mi boda?

- Soy Walker- dijo sonriendo- Mi trabajo consiste en saber todo lo que importa.

- Mi trabajo, ahora- dije.

- Siempre he sabido que me sucederías- dijo Walker- Nocturnia ya no me necesita; necesita un nuevo tipo de Walker. Uno como tú. Llevo mucho tiempo entrenándote a escondidas.

- No estoy muy seguro de querer darte las gracias o no- dije.

Él asintió.

- Nuestra relación siempre ha sido así, ¿verdad?

- Si es que hemos tenido alguna.

- Casi siempre sí. Pero ahora ya puedes cuidarte solo. No estaré ahí para ayudarte.

- ¿Eso es lo que te parece que has estado haciendo?- dije y los dos nos reímos.

- Sigues teniendo a Julien Advent- dijo Walker- Tiene buen corazón y la cabeza en su sitio.

- Sí- dije- Aún tengo a Julien Advent.

- El oráculo me ha contado que no me queda mucho tiempo. Dime, John. ¿Cómo morí?

- Moriste… siendo tú- dije- De principio a fin.

- Entonces eso es todo lo que importa. Bueno, hora de marcharse. Una ceremonia excelente. Mucha suerte. Probablemente vayas a necesitarla.

- Fuiste tú quien me mandó la carta de los inmortales, ¿verdad?- dije- Para que fuese al Baile de la Eternidad a tiempo para el asesinato del Rey de la Piel.

- He hecho ciertos arreglos por adelantado, sí- dijo Walker- Ha sido mi regalo de bodas para ti. Creía que merecías un último caso decente para despedirte como investigador privado. Adiós, John.

- Adiós, Henry.

Sonrió y desapareció. Se fue sin más. Ése fue su verdadero regalo de bodas, aunque ni siquiera él lo supiese: la oportunidad de decirle adiós en condiciones.

Volví junto a Suzie. Todos los demás se estaban yendo ya, camino al buffet y al champán gratis del Club de los Aventureros, hablando alegremente los unos con los otros mientras la Cabra Marina cantaba algo a gritos, con alegría, algo totalmente inapropiado. Suzie se me acercó y se apoyó sobre mí.

- Creo que todo ha ido bien- dijo pasado un rato- ¿Con quién estabas hablando al fondo?

- Con un viejo amigo de la familia- dije- ¿Eres feliz, Suzie?

- Sí. No es una sensación con la que esté familiarizada, pero creo que podría acostumbrarme a ella. Mientras tú estés conmigo, John.

- Por siempre jamás- dije- Pero ahora necesito que te ocupes de la recepción tú sola. Hay algo que tengo que hacer antes.



Me entró la necesidad de pasearme por las calles de Nocturnia durante un rato. Llevando un traje y no mi gabardina blanca. Porque ahora soy Walker. Y aunque algunas cosas no cambien nunca… otras sí.

miércoles, 25 de marzo de 2015

LA NOVIA VESTÍA... Capítulo 10


DIEZ
Verdades y Consecuencias


San Judas sigue siendo la única iglesia verdadera de Nocturnia, escondida en una zona donde no se acerca nadie y a una distancia de cojones de la Calle de los Dioses. Porque San Judas es de verdad. Sólo es una estructura de piedra vieja y fría, construida hace tanto que ya nadie recuerda cuándo, con sus paredes grises sin adornos, sin que el tiempo, el clima, ni los designios del hombre le hayan afectado en absoluto. Sin torre, sin campana, sin crucifijos; unas estrechas rendijas a modo de ventanas y una puerta pequeña. San Judas no está hecha para que sea fácil de encontrar ni fácil entrar. en esa iglesia puedes hablar directamente con tu dios y esperar que te escuche. Y, lo que resulta más preocupante, que te conteste. Los sueños pueden hacerse realidad, los milagros pueden ocurrir. Así que ten mucho cuidado con lo que pides.

Hice que Cathy aparcara el MINI Cooper a cierta distancia de la iglesia y, después de cerrarlo y activar las defensas, lo dejamos ahí y recorrimos despacio, con cuidado y esperando no hacer ningún ruido el camino silencioso y pequeño que daba a la iglesia. San Judas destacaba por su soledad y tristeza bajo la luz de la luna. Allí no había nadie más y hasta el omnipresente ruido del tráfico parecía desaparecer en la distancia. Como si hubiésemos llegado a un lugar nuevo, donde todo el mundo mantenía la cabeza agachada para evitar llamar la atención. Una cosa es rezarle a Dios cuando tienes algún problema y potra que Él tenga un especial interés por ti.

San Judas estaba aislada porque lo prefería así. Existía en su propio mundo pequeño y privado y siempre había sido así.

- ¿De verdad crees que el Rey del Sol no nos habrá oído venir?- dijo Cathy- Aquí hay tanto silencio que podrías oír a un ratón pensando en tirarse un pedo.

- ¿Para qué ponérselo tan fácil?- dije- He llegado a un punto en el que prefiero aprovecharme de cualquier ventaja con la que me haga.

Cathy me miró por el rabillo del ojo.

- Jefe, ¿de verdad te crees toda esa mierda del dios vivo?

- No lo sé- dije- Ya me he encontrado con unos cuantos poderes y dominaciones a lo largo de mi vida y con dioses y demonios, pero el Rey del Sol… es algo más. Cuando dice que quiere cambiar el mundo no habla metafóricamente. Fíjate con qué facilidad ha puesto a Nocturnia en mi contra. Ni siquiera mi madre pudo hacer eso durante la Guerra de Lilith; y eso que es una criatura bíblica.

Aunque nos estuviésemos acercando a San Judas y siguiese alerta por si oía o veía al Rey del Sol, seguía vigilando cuidadosamente a Cathy. Si fuera a traicionarme, esos serían el momento y el lugar perfectos. No quería creérmelo, no quería ni siquiera pensar en ello; pero después de lo de Suzie… ya no sabía qué creer. Pero mientras recorríamos el estrecho sendero que daba a la iglesia, Cathy no dijo nada, no hizo nada más que permanecer a mi lado, lista para cualquier cosa. Me sentí avergonzado de haber dudado de ella. Siempre ha sido mejor persona que yo.

Nos detuvimos a pocos metros de la iglesia y la estudiamos. San Judas parecía sólida e implacable, como siempre, antigua e inamovible; algo en lo que podías confiar y creer. No por piedad o compasión, ni siquiera justicia; San Judas sólo defiende la verdad. Porque San Judas es lo único verdadero que hay en un mundo que cambia constantemente.

- ¿Por qué coño estás sonriendo ahora?- dijo Cathy- Si ha pasado algo divertido, me lo he perdido. A mí este sitio me está dando mucho miedo.

- San Judas- dije- Patrón de las causas perdidas. Qué apropiado.

- Qué raro eres, jefe.

Unas luces muy raras salieron de las rendijas de la vieja iglesia; luces potentes y fijas que atravesaban la oscuridad como cuchillos. Emergieron todavía más de la puerta abierta; expulsando la noche como un horno abierto el calor. Bastaba con verlas para saber que no eran de este mundo. Eran luces De Fuera, del otro lado.

- El Señor de las Espinas tiene que estar ahí dentro, ¿verdad?- dijo Cathy, incómoda- Es imposible que deje a cualquiera usar la iglesia para lo que le apetezca.

- Espero que esté ahí- admití- Es uno de los seres más poderosos que conozco y me sería muy útil. Pero fíjate. No veo al Señor de las Espinas poniendo fin a todo esto… Pero tampoco me imagino al Rey del Sol tan poderoso como para acabar con él.

- Entonces, ¿el Rey del Sol es muy poderoso, jefe?

- Tanto como las Entidades del Más Allá se lo permitan- dije- Y ellas… son las que están empezando a preocuparme.

- A mí siempre me ha preocupado el Señor de las Espinas- dijo Cathy- Representa todos los aspectos de Dios en los que la mayoría de la gente no puede pensar. Nunca he estado del todo segura de lo que es realmente, ni para qué está aquí.

- He tenido largas conversaciones con él sobre ese tema- dije- y tengo que decir que yo tampoco sé mucho más. Pero le necesito de mi parte otra vez. Porque me estoy quedando sin opciones- me fijé en las luces resplandecientes que asomaban por las ventanas y temblé, como si algo se hubiese meado en mi tumba- Espero que el Rey del Sol no esté dispuesto a tener un cara a cara con el Señor de las Espinas. Como las Entidades del Más Allá le dejen K.O., nos haremos caquita encima.

- Deja de hablar así, jefe- dijo Cathy- Puedes decir tacos. Ya soy mayorcita.

Entonces el Rey del Sol se asomó por la puerta delantera y nos sonrió alegremente a los dos.

- Puedes dejar de hablar por lo bajo. Llevo rato sabiendo que estas aquí. ¡Pasad! Las Entidades no estaban muy seguras de que fueses a venir, después de toda la mierda que te he echado encima, pero claro, dije, John Taylor estará aquí cuando llegue el final. Porque eres un chico muy terco, ¿verdad, John?

- Oh, lo es- dijo Cathy- En serio. No tienes ni idea.

El Rey del Sol la miró dubitativamente.

- ¿Y ella es…?

- Cathy- dije- Trabaja conmigo.


El Rey del Sol se encogió de hombros, se apartó para dejarnos entrar en San Judas y desapareció por la parte de atrás de la iglesia. Y, después de dudar por un momento, le seguí. Desarmado y sin estar preparado, pero esforzándome por parecer confiado y gallito, porque nunca debes dejar que el rival crea que estás preocupado. La luz de la puerta era muy potente, casi siniestra y hacía daño a la vista. Luz sin ningún tipo de calidez ni bondad. Entrecerré los ojos y me dirigí directamente a ella, dando lo mejor de mí por aparentar que sabía lo que hacía.

(Continúa en lolabits)

martes, 17 de marzo de 2015

LA NOVIA VESTÍA... Capítulo 9


NUEVE
Los Fantasmas lo Saben Todo


Salir de la Biblioteca no fue un problema; decidir qué hacer a continuación me llevó más tiempo. Me escondí en las sombras más oscuras del callejón contiguo a la Biblioteca y analicé las distintas opciones que tenía. No tardé mucho. Necesitaba hablar con alguien en quien confiara. Normalmente habría sido Suzie, pero… Metí las manos en los bolsillo de la gabardina y fruncí tanto el ceño que me dolió la frente. ¿Quién quedaba ahí fuera al que no le hubieran envenenado contra mí, ni se hubiese dejado influir por el Rey del Sol? ¿Quién quedaba ahí fuera con quien pudiera contar? Tomé una profunda bocanada de aire, crucé los dedos mentalmente, saqué el móvil y marqué el número que directamente llamaba a Cathy.

Usaba su número particular de emergencias, del teléfono privado que le había dado, por si necesitaba ayuda después de alguna fiesta excesiva. No tenía la impresión de que pudieran escucharme por el teléfono, después de todo el dinero que había invertido en los sistemas de seguridad, pero no confiaba en nada. Cathy tardó bastante en responder y estaba empezando a pensar seriamente si estaría tardando lo suficiente para que alguien pudiera rastrear mi posición, cuando al final respondió a la llamada.

- ¿Jefe? He estado esperando a que me llamaras, pero esperaba que lo hicieras al número de la oficina. Siempre dejo este móvil en el bolso, para emergencias. Ahora estoy aquí, en la oficina, recogiendo. La despedida de soltera se fue al garete cuando nos enteramos de lo de Julien Advent. Suzie está por ahí, buscándote.

- Ya- dije- Lo sé.

- ¿Estás bien? ¿Estás herido? Cada vez que alguien me llama para contarme la historia, lo hace de forma diferente.

- Estoy bien- dije- Yo…

- ¿Dónde estás? Iré a buscarte.

- Cathy- dije- No creerás que he matado a Julien Advent, ¿verdad?

- ¡Por supuesto que no! ¿Hace cuánto que nos conocemos? Reconozco una gilipollez cuando la escucho, jefe. Nunca has matado a nadie sin motivo de peso. Joder, si hasta yo soy más mala que tú. Sobre todo cuando me tomo un par de…

No me había dado cuenta de lo tenso que estaba hasta que Cathy me dijo que seguía creyendo en mí. Sentí cómo todo mi cuerpo se relajaba poco a poco, a medida que su retahíla de siempre me llegaba. Si Cathy me hubiera dado la espalda, igual que Suzie, creo que me habría rendido.

- Encontrémonos…- dije, pero me detuve para volverlo a pensar. No podía traerla aquí porque no podía quedarme cerca de la Biblioteca. La gente podría dar conmigo en cualquier momento o Larry y Tommy Olvido podían caer bajo el poder de nuevo, al salir de la Biblioteca y dejar atrás sus protecciones. Así que, ¿a dónde ir donde mis enemigos no pudieran seguirme? Entonces se me apareció la respuesta y sonreí.

- ¿Recuerdas la calle donde nos conocimos por primera vez?- dije- ¡No pronuncies su nombre!... Pero, ¿la recuerdas?

- Pues claro- dijo Cathy- ¿Cómo olvidarla? Fue ahí donde me salvaste la vida, de algo que parecía una casa pero no lo era. ¿Seguro que quieres que nos veamos ahí, jefe? La zona no ha mejorado mucho, ¿sabes? Allí siguen viviendo cosas realmente salvajes.

- Allí sólo van los que tienen que ir- dije- Dudo mucho que cualquiera que conozcamos vaya a buscarnos por esa zona y los pobres infelices que viven en esa calle tienen cosas más importantes de las que preocuparse que de cotilleos- Aunque quizá les preocupe que haya matado a Julien Advent, pensé, pero no lo dije.

- De todos modos, cualquiera que vaya allí a buscarte tendrá que tener mucha suerte para salir con vida- dijo Cathy alegremente- Te veré en media hora, jefe. Imagino que necesitarás un medio de transporte para llegar. Lo sabía. ¿Podrás llegar a tiempo? Por supuesto que sí; eres John Taylor, ¿en qué estoy pensando?

Colgó y yo guardé el teléfono. ¿Cómo iba a llegar a la Calle Blaiston, que estaba en la otra punta de Nocturnia, sin que me viera nadie? Seguía sin poder usar mi Fisura Temporal Portátil. El Rey del Sol o sus preciadas Entidades del Más Allá podrían seguir el rastro de energía y estarían esperándome en cuanto llegara. Tal vez incluso se las arreglaran para que mis viejos amigos y enemigos también estuviese allí, esperando. Me entró un escalofrío al pensar en eso.

Y… tampoco podía pasearme por las calles, ocultándome entra la gente como alguien más. Mi gabardina blanca me impedía camuflarme en condiciones. Todo el mundo la reconocería; formaba parte de mi imagen y mi reputación. Pero tampoco podía quitármela y tirarla. Tenía muchos trucos útiles escondidos en ella y defensas muy poderosas que quizá aún necesitase. Pero lo más importante era que no podía tirarla porque… era mi abrigo. Hacerlo sería como despojarme de una parte vital de mí. Ni de coña iba a hacerlo. Ya había perdido muchas cosas importantes a manos del Rey del Sol.

Tenía que llegar hasta la Calle Blaiston, lo que significaba que necesita transporte. No podía confiar en los taxis ni en los medios de siempre… Joder, es que no confiaba en ellos ni en condiciones normales. Normalmente habría gente con la que pudiera contar, como Chico Muerto y su coche futurista, pero ya estaba en mi contra. También estaba la Srta. Destino, la aventurera travesti de Nocturnia… pero su Destinomóvil rosa brillante pasaba menos desapercibido que mi gabardina blanca. Además, mis enemigos ya estarían vigilando ese coche por si las moscas.

Así que, en caso de duda, haz trampas. Anduve por el callejón lateral calle abajo, hasta llegar al siguiente paso subterráneo. La gente ya se había girado para mirarme nada más dar un paso sobre los escalones de piedra, que daban a la oscuridad. Desperté mi don y lo usé para encontrar un paso subterráneo en concreto, que estaba en el otro lado de Nocturnia. Y fue lo más fácil del mundo pasar de uno a otro. Así que, cuando hube bajado los escalones de piedra, me encontraba en un paso totalmente diferente, no muy lejos de la Calle Blaiston.


El túnel estaba mucho más oscuro y sucio de lo normal y apestaba. había cosas que habían muerto ahí abajo, no hacía mucho; pero algunas no habían muerto lo suficiente. Me moví rápidamente por el paso, fijándome bien en dónde pisaba. Por suerte respiré por la boca, aunque no me ayudó demasiado. La mitad de las luces estaban aplastadas con maldad y premeditación, para ofrecer a las cosas que vivían ahí abajo ventaja sobre los transeúntes. Y porque hay cosas que sólo pueden hacerse en la oscuridad.

(Continúa en lolabits)